¿Son felices las parejas abiertas?

Estudio revela que las parejas abiertas sufren mayores problemas que las monógamas

Si eres de los que piensa que lo «tuyo» no se toca, vete pensando en abrir los ojos a nuevas formas de relación. La monogamia está en desuso como algunas palabras del castellano. Cada vez es más habitual escuchar a parejas que han decidido optar por abrir su cama a terceros, o tener relaciones individuales. ¿Es un fenómeno nuevo, generalizado, es el cambio climático? Desconocemos los porqués y no pretendemos hacer proselitismo de las parejas abiertas, pero por primera vez un estudio de una universidad concluye que la monogamia produce infelicidad.

El periódico británico The Guardian ha publicado un artículo que recoge la investigación del New York University’s Center for Health en el que los investigadores concluyen que las parejas abiertas están más satisfechas que las parejas cerradas. Esta afirmación es fruto del estudio de comportamiento realizado a 10 parejas homosexuales en 2015, con edades comprendidas entre los 19 y 43 años, en entrevistas de 45 minutos. La investigación pone de manifiesto que las relaciones abiertas mejoran los canales de comunicación entre las parejas al tener que «negociar los detalles». Es decir que muchas parejas que han tomado la decisión de hacer trios, o bien, tener relaciones al margen de sus parejas,  han tenido que sentarse a decidir cuáles son los límites a la decisión. Esos límites son la barrera infranqueable para mantener la confianza en la pareja. Algunos de ellos tienen que ver con la salud sexual (usar siempre condón) o con el comportamiento (no repetir con la misma persona, elegir a personas de otras ciudades, o ser honesto en cualquier caso con el cómo, cuándo, dónde o con quién).

Respecto al estudio hay que matizar algunos detalles que restan valor científico a las conclusiones. La más importante es el número de parejas que han participado en el estudio. Solo 10 parejas no parecen una muestra significativa para obtener conclusiones con valor científico. Sin embargo según los autores del estudio sí ponen de manifiesto que la poligamia está dejando de ser un tabú, al menos entres  las parejas homosexuales, que ahora hablan del asunto sin temor a una ruptura.

Parece que la clave en todo caso está en la honestidad y en el diálogo y en encontrar acuerdos en asuntos delicados sin tomar decisiones unilaterales que inevitablemente conducirán al fracaso de la pareja. ¿Es la poligamia el remedio contra la monotonía sexual de la pareja? Es una respuesta que dependerá de múltiples factores. Pero lo que todo este tipo de decisiones tienen en común es una palabra que nunca estará en desuso: la sinceridad.